Historia

Restos romanos y dominación musulmana
Además de los restos romanos que afloran por los alrededores, un yacimiento datable en la Edad del Bronce nos habla de la antigüedad del asentamiento del hombre en este punto geográfico.

A expensas de que la arqueología nos pueda aportar más luz sobre estos, hoy las noticias más certeras que poseemos relacionadas con la antigüedad del núcleo urbano de Angüés se remontan a la dominación musulmana en la zona de la Hoya-Somontano. Como vestigio material de dicha ocupación, todavía se conserva el pozo musulmán en el camino viejo de Casbas.

En el siglo XI Angüés quedaba incluido en la Marca Oriental de la frontera superior de al - Andalus. La población musulmana contaba con una mezquita. 
En la década de los 80 del siglo XI el rey Sancho Ramirez de Aragón y Navarra emprendió la conquista de la zona del Somontano donde había población mozárabe. Reconquistado el pueblo de Angüés a los musulmanes, la mezquita existente en esa época fue donada por el rey Sancho Ramírez a la abadía de Montearagón. Su hijo Pedro I, respetará la voluntad de su padre confirmando al monasterio de Montearagón la iglesia de "Anguas".

Ya en el siglo XII, Angüés continúa perteneciendo al monasterio abadía de Montearagón, y en el siglo XIII diversas propiedades de Angüés seguían ampliando el patrimonio de Montearagón, bien a través de donaciones o de compras efectuadas por el propio monasterio. En la expansión del dominio de Montearagón, otro de los mecanismos utilizados para tal fin fueron las permutas o intercambios de propiedades.


La epidemias y disminución demográfica 
En el siglo XIV la población de Angüés, al igual que sucedió en muchos otros pueblos, sufrió un duro golpe con la peste negra que en el año 1348 afectaba a la Corona de Aragón. Con la disminución demográfica a causa de la peste, la sequías y el hambre, quedaron abandonados lugares como La Castena, La Torraza y Masones, que eran todos ellos pequeños núcleos de población anexos a Arnillas, localidad ésta que también desapareció debido a las epidemias propias de este periodo histórico. Las tierras de estos lugares pasarían a engrosar los términos de Angües. 



Angüés moderno y contemporáneo.

En el año 1566 Angüés seguía perteneciendo al abadiado de Montearagón y continuaría siendo de dicho señorío hasta que, a raíz de la desmembración del mencionado monasterio en 1571, pasó al obispado de Huesca. En este siglo XVI Angüés alcanzó los 29 fuegos o casas, cifra esta que se mantendrá hasta mediados del siglo XVII.


Dinastía de los Borbones
Con el gobierno de la nueva dinastía de los Borbones, este pueblo perteneció al corregimiento de Huesca. El régimen municipal implantado en nuestro país durante la regencia por minoría de edad de Isabel II se concretó en Angüés con la constitución de un Ayuntamiento propio en el año 1834. En la segunda mitad del siglo XIX, formaban la población de Angüés 99 casas de regular altura, distribuidas en varias calles y plazas bien empedradas. Iniciado el siglo XX, Alfonso XIII el 10 de septiembre de 1906 firmó un decreto por el que el pueblo de Angües se le otorgaba la categoría de villa, obteniendo este lugar los privilegios que tal rango conlleva.


Guerra Civil
Con el paso de los años, sus habitantes, cuyo número se mantenía en el millar en el año 1917, disfrutaban de una pacífica convivencia que se vio rota por el comienzo de la Guerra Civil de 1936. El 26 de marzo de 1938 supuso para Angüés el final de la guerra, al caer en poder de las tropas nacionalistas. 
El pueblo fue víctima de la irracionalidad de las guerras fraticidas, quedó su población diezmada por la muerte violenta de 70 vecinos, fruto de los horrores propios de la contienda. La edad de la mayoría de estos fallecidos estaba comprendida entre los 19 y los 33 años. En recuerdo a todos ellos, se erigió en 1987 un delicado y sencillo monumento en la plaza Garriga, obra del arquitecto Antonio de la Sierra Uriguen (nacido en Bilbao en 1946).

Impuesta la normalidad en la vida del pueblo, Angüés ya no recuperará la población que tuvo, pues el número de sus habitantes irá disminuyendo progresivamente. Resulta significativa la década de los años 60 por la emigración de algunos de sus vecinos en busca de trabajo y una mayor comodidad para su vida; en 1970 su población llegó a verse reducida a 483 habitantes y en el año 1981 descendió hasta los 417. 
A pesar de este descenso demográfico tan acusado, el padrón municipal del año 1991 nos da un total de 319 empadronados.